27 febrero 2010

Elogio del grafiti

La versión moderna del arte primitivo. Por fin se edita en España ‘La fe del grafiti’ (451 Editores), ensayo del intelectual Norman Mailer sobre la génesis de los murales callejeros en el Nueva York de los setenta. Las albricias coincide con exposiciones y filmes sobre el tema.
Los años setenta fueron de Nueva York. Antes de que los alcaldes se pusieran estrictos, todo era posible.
Fue en 1977 cuando un apagón brutal dejó a la merced de los jóvenes todas las tiendas de electrodomésticos y de música. Cuando volvió la luz el 14 de julio, cientos de adolescentes tenían su equipo de sonido para comenzar a rimar y darle a las calles un nuevo sonido, emparentado con el soul latino y con el blues: el hip hop.
En 1979, se podía hacer una película tan violenta comoThe Warriors,actualización con bandas juveniles de la epopeya narrada por Jenofonte. La calle, ahora sí, era de los jóvenes.  Pero demasiado gris.

Es en ese contexto donde los planes urbanísticos grises se ven asaltados por una oleada de pinturas. Y también en ese momento y lugar, donde un primer espada del Nuevo Periodismo, de los que supieron narrar como nadie la contra- cultura de los sesenta, a caballo entre la novela y la crónica periodística, se decidió a elevar el grafiti a otra categoría.

A la caverna

Igual que Tom Wolfe llevó las carreras de coches y su tuningola vida de los mods londinenses a arte elevado, Mailer hizo lo propio con los murales callejeros.
La editorial 451 Editores lanza por primera vez en España, en tamaño grande y con mimo en cada selección de imágenes, el ensayo del intelectual sobre los orígenes de la aplicación gráfica a la cultura del hip hop.
La fe del grafiti es uno de los libros clave de las culturas callejeras. En él, Mailer compara el ambiente de los vagones del tren y metro donde se fogueaban los grafiteros con los circuitos de los estudios frecuentados por Piero della Francesca, Boticcelli o Miguel Ángel.
El texto combina el ensayo sesudo pero pop con la crónica vivida en primera persona junto a algunos de los protagonistas de la escena.
Sin temblarle el pulso, defiende, ya en su temprano año de publicación, que los writers dialogaban inconscientemente con los grandes del arte sin haber puesto jamás sus Nike o sus Adidas en un museo. Según él, el arte culto de los últimos 150 años había desandado camino hacia el concepto huyendo de la sofisticación. El grafiti, así, era la última estación de ese camino. Poco después, claro, los grafitis entrarían en el museo. 

EL APUNTE
Más allá de la pintura: la intervención urbana.
El libro 'Urban interventions' (die Gestalten Verlag) recoge los ejemplos más interesantes de modificación artística del espacio urbano. Ironía destilada en paisajes.
LA EXPOSICIÓN
Paredes 'atacadas' en Barcelona.
Antes del grafiti estaba el mural. La Fundació Miró de Barcelona expone hasta junio una muestra de murales deliberadamente eclécticos. Así, la tradición de las mujeres soninke del África occidental dialoga en las paredes del museo con los planos geométricos de Lothar Götz o con el trabajo de los grafiteros bosnios UTR Crew. El exterior se reserva para los murales hechos con plantas, de Jerónimo Hagerman. Si éste actualiza la tradición mural de México, Sakarin Kure-On remite a Tailandia, con un trabajo en arcilla. Antes de abrir las puertas al público, los diez artistas que participan convivieron durante dos semanas en la Miró, trabajando 'in situ'. No se trataba de trasladar obras ya existentes, sino de aprovechar la vulnerabilidad de una pared blanca: la esencia del muralismo y del grafiti.

Banksy lleva el arte callejero al cine

El enigmático grafitero británico conocido como Banksy presentó, sin mostrar su rostro, su debut cinematográfico en el pasado Festival de Sundance. El artista que pinta provocativos grafitis de forma anónima bajo puentes y en todo tipo de fachadas se ha estrenado con un documental, 'Exit Through the Gift Shop'. Para el grafitero, ésta es "la primera película de desastre en el mundo del arte callejero". El filme narra la historia de un excéntrico tendero francés llamado Terry Guetta que decide hacer un documental sobre el arte callejero y trata de descubrir la identidad de Banksy. Cuando finalmente consigue dar con él, el artista le da la vuelta a la cámara. Continúa el anonimato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...